Llevábamos 5 días de viaje, y poco a poco íbamos recorriendo todos los lugares que teníamos en mente. Ya habíamos estado en Eslovenia, visitado Zagreb, y bien metidos en Austria hemos pasado por Salzburgo y algunos preciosos pueblos cercanos a la ciudad.
Continuamos
en el corazón de Austria, y nos vamos a descubrir una de las zonas que
más teníamos ganas de visitar en este viaje: el tirol.
Habíamos
oído hablar tanto del tirol, que nos parecía casi imposible estar
recorriendo sus rincones con el coche de alquiler.
Plan de viaje para el día de hoy: visitar pueblos del Tirol, desde
Laufen hasta Schwaz, donde dormiremos en casa de nuestra nueva
couchsurfer.
Comenzamos
nuestra ruta abandonando Laufen, y nos ponemos rumbo a nuestra primera
parada, Golling an der Salzach. 50 km nos separan de las famosas
cataratas de Golling, y aunque el día está algo nublado, la lluvia nos
respeta.
Al
llegar allí, estamos completamente solos, aparcamos nuestro coche y
comenzamos a caminar por el espeso bosque, dejando que el sonido del
agua nos envuelva y nos haga disfrutar de un maravilloso paseo.
Y así es, nuestra primera parada nos deja un muy buen sabor de boca y
con ganas de seguir descubriendo, así que, tras realizar una parada en
el Spar del pueblo, y comprar provisiones, continuamos ruta hacia Zell
am See.
Con
nuestro coche cruzamos paisajes de ensueño, paisajes dignos de
wallpaper. Nos quedamos asombrados, con cada kilometro que pasa. Abrimos
todo lo que podemos nuestros ojos para captar hasta el último detalle, y
guardar en nuestra mente y retina todo lo maravilloso que esta región
nos ofrece.
Tras
72 km, desde Golling, llegamos a Zell am See, con el único objetivo de
ver la panorámica que se extiende del pueblo sobre el lago, relajarnos y
disfrutar de estas vistas.
Relax,
paz y silencio, esto es lo que encontramos, y nos encanta. Decidimos
que este es el lugar idoneo para comer, aunque sea pronto. Así que
montamos un picnic improvisado a los pies del lago, en un banquito, y
sacamos nuestras salchichas, codillo y todo lo que tenemos para nuestra
magnifica comida. ¿Quien necesita un restaurante, con un banco con
vistas y estos manjares?
Magnifico
e inolvidable, así describiría el rato que pasamos allí. Pero ya va
siendo hora de recoger, y seguir nuestro camino por estos preciosos
pueblos, aun nos quedan 2 paradas hasta nuestro destino, así que vamos a
por la siguiente: St Johann in Tirol.
Mientras vamos de camino hasta allí, estamos en lo más profundo del
tirol, y vemos las industrias de madera, y los preciosos y típicos
paisajes que bañan esta zona de Austria.
Llegamos
a St Johann in Tirol, y aparcamos nuestro coche, creemos que en un
parking privado, aunque todavía a día de hoy no estamos muy seguros. El
caso es que allí se quedó el coche, y nosotros nos fuimos a pasear por
calles de ensueño, llenas de tiendas, restaurantes, y pastelerías.
Esto último me recuerda que estoy en Austria, y no he probado la famosa tarta Sacher, ¡¡esto no puede ser!!
Encuentro
cerca de la plaza, una pastelería llamada Rainer, con una pinta
estupenda, y ¿porque no decirlo?, con una pinta de ser cara de narices.
Entramos y pedimos, con nuestra gran acento alemán, una porción de tarta
Sacher. ¡¡¡Cómo debe ser nuestra pronunciación de la palabra "sacher",
que el tío no nos entiende ni a la de tres!!! Visto lo visto, opto por
buscar la tarta entre todas, y señalarla. El hombre pone cara de
exclamación, y con un alemán perfecto, nos pronuncia la famosa tarta.
Perfecto, no se me olvidará nunca, acabo de ampliar mi vocabulario en
alemán.
Os dije que tenía pinta de cara, la porción nos costó 2,50 euros,
tampoco es que sea una barbaridad, y la porción era enorme, eso sí.
Tras
nuestra preciada compra, paseamos comiendo la tarta y disfrutando del
aire tranquilo que se respira en este pueblo. Fotos y más fotos, hasta
que decidimos que es hora de continuar.
Toca
llegar hasta Achensee, y ver su famoso lago, no sin antes hacer una
parada en Kitzbühel, un pequeño pueblo que trabaja la madera, y donde
nos paramos en un taller, a admirar sus obras de arte, y comprar de paso
algo como souvenir.
Después
de recorrer los 70 km que nos separan de nuestro próximo destino,
llegamos al lago. Magestuoso, rodeado de montañas, naturaleza, animales y
tranquilidad.
Es
hora de la merienda, así que aparcamos nuestro coche, y disfrutamos de
una merienda a orillas del lago. Paseamos, y disfrutamos de estas
maravillosas vistas.
Se
acerca la hora en la que hemos quedado con nuestra Couchsurfer en
Schwaz, así que nos ponemos rumbo hacia el pequeño pueblo, no sin antes,
parar en la terraza de un restaurante cerrado y abandonado, que hay en
la subida hacia Achensee, y disfrutar de la que para nosotros sin duda
fue la mejor vista de todo el Tirol.
Nuestro
día, y nuestro recorrido por lugares de ensueño dentro del Tirol ha
terminado, y como sorpresa final, al llegar al hogar de nuestra
couchsurfer, nos encontramos una pedazo de casa típica de la zona,
enorme y hasta con su propio granero, y una estupenda cena a la luz de
la luna. Desde aquí queremos dar las gracias a Julia por su hospitalidad
y simpatía.
Pasamos
una noche estupenda, y temprano por la mañana, volvemos a nuestro coche
para adentrarnos esta vez en tierras alemanas y de mágicos castillos.
Continuara...
Babysapito.
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